jueves, 20 de octubre de 2011

¿ESTA POSTURA ES NUEVA O EXISTIÓ ANTES?

En realidad esta postura existió antes... allá por el siglo II, lamentablemente la iglesia católica reprobó esta enseñanza, tildándola de herejía y procedió a quemar los escritos que sustentaban dicha postura.

Quedó sin embargo plasmada en parte, en los escritos de uno de sus detractores más acérrimos...

Esta postura es 100% sustentable con las escrituras y de forma literal, a diferencia de la postura trinitaria que sustenta en supuestos y misterios que "solo Dios conoce..." pero sabido es que Jescristo dio el entendimiento necesario para saber quien es el único Dios verdadero...



Arrio y su postura ante la religión cristiana...

"Dios no siempre fue Padre" sino que "hubo un tiempo en que Dios estaba solo y aún no era Padre, pero después se convirtió en Padre." "El Hijo no existió siempre;" pues, así como todas las cosas se hicieron de la nada, y todas las criaturas y obras existentes fueron hechas, también la Palabra de Dios misma fue "hecha de la nada" y "hubo un tiempo en que no existió" y "Él no existió antes de su origen", sino que Él y otros "tuvo un origen de creación". Pues Dios, dice, "estaba solo, y la Palabra aún no era, ni tampoco la Sabiduría.
Entonces, al desear darnos forma, Él hizo a cierto ser y lo llamó Palabra, Sabiduría e Hijo, para que pudiera darnos forma por medio de Él."

Atanasio de Alejandría, Primer discurso contra los arrianos


Obra  de Arrio.

Se conocen fragmentos de su obra Talía, por las citas hechas por su principal adversario
Atanasio de Alejandría:

Las lindezas aborrecibles y llenas de impiedad que resuenan en la Talia, de Arrio, son de este tipo:

Dios no fue Padre desde siempre, sino que hubo un tiempo en que Dios estaba solo y todavía no era Padre; más adelante llegó a ser Padre. El Hijo no existía desde siempre, pues todas las cosas han sido hechas de la nada, y todo ha sido creado y hecho: el mismo Verbo de Dios ha sido hecho de la nada y había un tiempo en que no existía. No existía antes de que fuera hecho, y él mismo tuvo comienzo en su creación.

Porque, según Arrio, sólo existía Dios, y no existían todavía ni el Verbo ni la Sabiduría.

Luego, cuando quiso crearnos a nosotros, hizo entonces a alguien a quien llamó Verbo, Sabiduría e Hijo, a fin de crearnos a nosotros por medio de él. Y dice que existen dos sabidurías: una la cualidad propia de Dios, y la otra el Hijo, que fue hecha por aquella sabiduría, y que sólo en cuanto que participa de ella se llama Sabiduría y Verbo. Según él, la Sabiduría existe por la sabiduría, por voluntad del Dios sabio. Asimismo dice que en Dios se da otro Logos fuera del Hijo, y que por participar de él el Hijo se llama él mismo Verbo e Hijo por gracia.

Es opción particular de esta herejía, manifestada en otros de sus escritos, que existen muchas virtudes, de las cuales una es por naturaleza propia de Dios y eterna; pero Cristo no es la verdadera virtud de Dios, sino que él es también una de las llamadas virtudes,entre las que se cuentan la langosta y la oruga, aunque no es una simple virtud, sino que se la llama grande. Pero hay otras muchas semejantes al Hijo, y David se refirió a ellas en el salmo llamándole «Señor de las virtudes» (Sal 23, 10).

El mismo Verbo es por naturaleza, como todas las cosas, mudable, y por su propia voluntad permanece bueno mientras quiere: pero cuando quiere, puede mudar su elección. lo mismo que nosotros, pues es de naturaleza mudable. Precisamente por eso, según Arrio, previendo Dios que iba a permanecer en el bien, le dio de antemano aquella gloria que luego había de conseguir siendo hombre por su virtud.

De esta suerte Dios hizo al Verbo en un momento dado tal como correspondía a sus obras, que Dios había previsto de antemano. Asimismo se atrevió a decir que el Verbo no es Dios verdadero, pues aunque se le llame Dios, no lo es en sentido propio, sino por participación, como todos los demás... Todas las cosas son extrañas y desemejantes a Dios por naturaleza, y así también el Verbo es extraño y desemejante en todo con respecto a la esencia y a las propiedades del Padre, pues pertenece a las cosas engendradas, siendo una de ellas...

(Atanasio,Orationes contra Arrianos. I,5-6).

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